viernes, 9 de abril de 2010

La Columna de Sefosforo - Criticas (para nada constructivas)

“Historia de tacsis”

Cuando estaba enyesado e iba en los taxis de Lima, bueno casi siempre converso con los taxistas, así que decidí prestar mas atención y recordar algunas de las historias que me contaban. Unas que otras son para mayores de 18, pero esas no las contare, tal vez mas adelante.

Para empezar, siempre me tocan los mas conversadores o los mas locos, tengo una suerte, lo bueno es que el viaje nunca será aburrido, uno rápido para recordar, creo que era un taxista que era de alguna religión que quería que yo también lo sea, que bueno que el viaje fue corto, pero creo que no sabia que es difícil llegar a mi, asi que, como ya lo sabemos no lo consiguió.

“La casaca errante”

La historia comienza una noche limeña, tan conocida por todos. El señor taxista andaba haciendo sus rondas por las calles, y en eso recoge a una chica, muy bonita ella y tenia que llevar a su casa. En el camino conversan de todo un poco y digamos que se hacen amigos, acaba el viaje y la deja en una esquina, donde estaba su casa. Como habían conversado mucho y entendido muy bien, el taxista regresa por donde la recogió el día anterior para ver si la vuelve a encontrar, lo interesante es que lo hace y vuelve a hacerle la misma carrera. El tercer día que esto sucede, estaba lloviendo, así que cuando la deja en su casa a la chica, él le da su casaca para que no se moje, y le dice que otro día se la devuelve, entonces ella se baja y se va.

Pasaron los días y el taxista no la vuelve a ver, sigue pasando por el lugar donde siempre la recogía pero no estaba, así que recuerda donde siempre la dejaba, así que decide acercarse a la casa a preguntar por ella. Dirán que taxista hace eso… bueno, digamos que se entendieron muy bien. Llega a la puerta y toca, sale una señora, así que el taxista pregunta por la chica, ésta le responde que porque esta hablando de su hija, él le dice que la he estado llevando por los últimos días, y ella le dice que eso no es posible porque si hija falleció hace unos años, una noche.

Así que el taxista se quedo recontra frío, y para que le crea, la señora le dice donde se encuentra su hija. Asi que el taxista va al cementerio y encuentra el nicho de la chica, a la que siempre llevaba, y lo mas espeluznante que encontró fue su casaca al lado del nicho. Salio corriendo y no miro para atrás.


“Las monjas no tan santas”

Me contaba un buen señor taxista, que otro taxista (a veces la historia le sucede a otro taxista, y él que te la cuenta solo esta pasándola de generación en generación, aunque me he encontrado con varios que tienen sus propias historias) que andaba haciendo su ruta tranquilamente por Surco, y en eso ve a un par de monjitas esperando taxi, asi que él antes de lo que dices “cun….” Fue hacia ellas y las recogió. Todo se desarrollaba con total normalidad hasta que le dijeron que tenia que ir a dejarlas por el cementerio de Surco, yo me pregunto porque no lo se, hay un cementerio en Surco?. Bueno, eso no seria de extrañar, aunque la hora si era sospechosa, porque las recogió cerca de las dos de la madrugada. Pero en fin, estaban de lo mas tranquilas las monjitas en el asiento de atrás, y mientras se acercaba a la puerta del cementerio, tenia los ojos clavados en la parte de adelante, y a las justas miraba por el espejo retrovisor para ver a las monjitas. Y en eso, en menos de un parpadear, miro hacia atrás y estaban las monjitas, miró el camino y cuando regreso la mirada hacia el asiento de atrás para verlas ya no estaban. Dicen que el taxista salio disparado como niño en la hora de recreo o cuando es el ultimo día de clases (díganmelo a mi). Corrió como loco sin mirar su carro y solo lo dejo ahí. La historia dice que también llego la policía y que para llevarse el carro tuvo que manejar otra persona, porque el taxista no quería acercársele.

Otras mas que no recuerdo muy bien, o eran demasiado cortas, creo que incluían a un tunchi, un duende y a una chica que siempre ronda las carreteras, y lo que recuerdo que dijo el taxista era que si te le propasabas te chocabas, pero si no hacías nada entonces llegabas a tu destino.

Dejare las historias ahí por ahora, estoy escribiendo en locación jaja, desde Miraflores, bueno hasta el próximo post. Que la fuerza este con ustedes o larga vida y prosperidad, lo que suceda primero.


“La vagancia no es un mal, es un estilo de vida” - Sigue Oci-Oso -